La
balsa de la medusa, es la obra más importante de Theodore Gericault.
Esta
pintura es de formato grande (491cm x 716). En ella apararece la
figura humana llenando casi por completo el espacio del cuadro.
Aparece un conjunto de personas sobre una balsa que esta en pleno
naufragio de la fragata de la marina francesa Méduse,
encallada frente a la costa de Mauritania el 2 de Julio de 1816.
Actualmente se encuentra en el museo del Louvre, en París.
La
técnica usada en esta obra de arte es de óleo sobre lienzo en
grandes dimensiones, lo cual es típico en las obras de carácter
histórico. Desaparece la línea para dar paso a la forma a través
de las manchas de color, las cuales son vivas y sin limite definido.
La pincelada que usa Gericault es suelta. Estamos hablando de un
cuadro con una factura inacabada. El autor consigue crear volumen a
partir de sombras que coloca adecuadamnete en cada elemento para
conseguir el efecto deseado. La luz es natural, pero bien es cierto
que en algunos detalles del cuadro diría que no lo és. Claramente
en el fondo, aparece celaje en el cielo. Utiliza una gama de colores
reducida, que va desde el beig al negro, pasando también por tonos
claros. Consigue crear perspectiva a través de la colocación de los
elementos, en cuanto al esquema lineal está compuesta por dos
triángulos. Predominan las lineas rectas e inclinadas. La anatomía
de los personajes es correcta y transmiten el dramatismo que su autor
pretende hacernos sentir. En cuanto a aspectos técnicos, es
naturalista.
Este
cuadro presenta la pérdida de la fragata Medusa, enviada a Senegal
por el gobierno Francés, bajo el control del Conde Chaumareix, un
hombre que 25 años atrás había ejercido como oficial de la armada,
al cual se le atribuye el desastre sucedido.
Al
seleccionar esta tragedia como tema de su primer trabajo importante,
Gericault, escogió un incidente muy conocido para generar un interés
público y , al mismo tiempo, ayudarlo a impulsar su carrera. Al
autor le fascinó el evento y antes de comenzar la obra realizó
varios bocetos e incluso entrevistó a dos de los supervivientes y
después de la preparación intensa que realizó comenzó a
retratarlo, aprovechándolo para usarlo como cuadro-protesta, ya que
tanto el autor como la sociedad de su época afirmaban que el
naufragio se había producido por un conjunto de errores cometidos
por las autoridades.
Con
este cuadro, consigue llegar hasta su objetivo en su primera
exhibición en el Salón de París (1819) , donde se ganó tanto los
elogios apasionados como críticas negativas. Finalmente se convierte
en el iniciador del Romanticismo a la vez que figura de éste.
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